miércoles, 21 de noviembre de 2007

Sobre la necesidad de las aclaraciones

Dice Hugo que valora el candor sobre todas las cosas, pero no puede tolerar a quienes parecen conservan sólo la parte más ridícula de la infancia. Dice Hugo que no sabe qué pueda ser candor, pero le tiene tanta consideración que no se fija en ello. Dice Hugo que ha encontrado placeres indescriptibles en el capricho con que se conduce cierta nimiedad, que no merecezco aún saber qué es. Dice Hugo que todo le parece estúpido cuando se dice, en especial las preguntas. Nunca se llevaría bien con ciertos amigos míos.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Ortodoxia

Hay un criterio estético en todo. Esto tal vez no está a discusión cuando se piensa en la manera de conducir el propio organismo dentro del ámbito físico en que existe: así, tomamos un vaso para tomar agua no de la manera más económica y eficiente (o no sólo) sino de la manera más armónica, así como los futbolistas tienen maneras de recibir el balón (bajarlo que le dicen), ejecutar disparos, insultar al árbitro, que atienden a un código implícito de buen gusto. Por ello, cuando sale un jugador listillo que se da cuenta de que se puede ganar efectividad sacrificando elegancia los comentaristas no tardan en señalarlo como ejemplo curioso, y tal vez admirable, de desviación: "Este jugador, que no es muy ortodoxo ni estético en sus movimientos, pero tiene un gran disparo...", o "es más bien lo que se dice un tronco, pero no se puede negar que es efectivo". Y sí, ya sabemos, existen también pájaros, choferes de camión, células eucariotas y muchachas regiomontanas. Etcétera.