jueves, 26 de julio de 2007
La civilización es un fenómeno lírico
Lo dijo un médico muy aficionado al arte que aseguraba ser autodidacta "sin rubor y sin orgullo". Pocas veces me encuentro con enunciaciones tan contundentes por llenas de sentido. Tal vez hemos sospechado esa idea al experimentar la sensación de que estamos en una película y nuestra vida, o al menos el momento actual, un lapso, tiene su inevitable banda sonora. La lluvia, por ejemplo, como le comentaba a alguien no sé si hace poco, es un invento del cine. ¿Será posible separarla del carácter con el que nos fue enseñada? Esta sensación sugiere una experiencia un tanto terrible: sale uno a la calle, ve el movimiento de las personas, los coches y demás fenómenos naturales, y se encuentra con la posibilidad de que todo esto tenga sentido. Y si uno es una persona de buen juicio disfrutará la certeza de que esto importa, pero no importa. Y si uno tiene la poca delicadeza de haber nacido Aries, se verá obligado a incurrir en los excesos propios de la necesidad de conclusiones.
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2 comentarios:
Bueno, pues yo no puedo ver llover sin acordarme de Gene Kelly aventando a un lado su paraguas para brincotear entre charcos. Y como buena aries dada a los excesos, siempre tengo el impulso guajiro de ir saltando sobre los charcos, que me gana sólo cuando me descuido de mí misma.
ya somos dos, pater, que creemos eso. hace algunos años platicaba con un amigo y adivinaba cada frase que iba a decir; tuve la sensación de sentirme parte de una película.
quién no tiene un soundtrack de su vida, la mía –como sabes– es musicalizada por los pixies.
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