jueves, 19 de julio de 2007

Sobre la importancia de unas cuestiones que se tratarán

Porque lo realmente gracioso es difícil de comunicar. Y a veces uno piensa que ahí está lo importante: por eso es gracioso. Y lo que es lo mismo: meritorio. La inteligencia se mide con la vara del humor. Si alguien ha tenido mérito, lo he notado al oír mi carcajada. Sí, porque no me conformo con reír. Ni una sonrisa, menudencia para la gentuza. Por eso río de contento y río de egoísmo forzoso, pero no por eso menos disfrutable, con la agudeza verbal de Checo, que vive la poderosa alegría de una lengua vivaracha: Todos regaos, dirá refiriéndose al modo en que los parientes están dejando de ser jóvenes. Pero sólo tiene gracia al escucharlo. Pero después de todo ese personaje es el primero que comprende la agudeza de su enunciación. Y otros que están presentes y la celebran. Riendo. No espero que ustedes comprendan esto. Sólo si alguno de ustedes estuvo ahí lo sabe, y no hay libro que lo haya recogido, para bien del mundo improvisado que nadie puede decir que conoce.

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